MAESTRO RURAL

Maestro latinoamericano,
ejemplo de fe y amor,
a tu grandeza le canto
encendido de emoción.

Hay una estrella latina,
de luz propia como el sol,
con su presencia ilumina
hasta el más negro rincón.

Cruzando ríos y montes
anda el maestrito rural
luchando contra una noche
que no quiere terminar.

En los desiertos soleados,
en las regiones heladas,
en los montes, en los cerros,
a donde migren los niños
al igual que pájaros ciegos
sin poder levantar vuelo…
Ahí, ahí está el maestro rural
ejemplo de la verdad
y de la fe mensajero.

Su paso deja una estela
de claridad meridiana,
de un árbol hace una escuela
y de un ayer un mañana.

Yo también fui un soldado
de ese ejército sublime,
en un ranchito e adobe
con mil vientos castigados
ejercí apostolados
el de maestro rural.

Todavía veo flamear esas humildes banderas
donde el Sol su oro derrama
gritando un himno de paz.

Salud, salud maestro rural
que hiciste pago los libros
para alumbrar el camino
de los seres olvidados,
vos sos el más digno soldado
que tiene la humanidad.

Antorcha del campesino,
espada de las verdades,
el que te abre caminos
sin soledades.

Maestro escucha mi canto,
nació por admiración,
por tu sacrificio innato por el bien de esta nación,
por eso te digo:
“¡Adelante, adelante maestro rural!”

Autor: Juan Enrique Jurado

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